¿LA ESCUELA SE ADAPTA A LOS TIEMPOS? Por Beatriz Miranda Menacho
Esta cuestión es la que muchas
personas se siguen preguntando en la actualidad. Con ella, pretendo provocar
una reflexión para que analicemos el sistema educativo, y comprobemos si se
cumple o no dicho interrogante.
En el artículo Cambia la sociedad,
cambia la escuela de Marta García Lastra, se explica muy
detalladamente el origen de las primeras escuelas a raíz de la Revolución
Industrial, hecho que provocó la necesidad de crear un espacio para acoger y
educar a todos esos niños, cuya mano de obra había sido sustituida por máquinas
y que, por tanto, dejaban de ser trabajadores, para convertirse en un grupo de
personas desocupadas que debían ser atendidas para su seguimiento educativo.
Este suceso histórico cambió la
sociedad, y con él la educación, que tuvo que intervenir en las vidas de estos
ciudadanos, creando espacios educativos donde se les ofrecía una serie de
conocimientos básicos y, posteriormente, unos estudios más especializados. Como
hemos comprobado, la sociedad experimenta cambios continuos, algunos más
rápidos que otros, pero siempre va creando ese efecto «dominó» que provoca que,
a raíz de la modificación de un sector, varíe otro vinculado, directa o
indirectamente, a él. Es decir, si en una determinada sociedad se producen
cambios políticos, a su vez, se llevarán a cambio cambios económicos, sociales
y educativos, entre otros tantos. Por tanto, la educación se debe ir adaptando
a esos constantes cambios que experimenta la sociedad a la que educa.
De esta manera, nos paramos a
pensar en los cambios que ha ido sufriendo la escuela a consecuencia de las
modificaciones experimentadas por la sociedad, como cita García Lastra en su
artículo Educar
en la sociedad contemporánea. Hacia un nuevo escenario educativo, la
escuela, como institución básica en la sociedad actual, debe seguir el nuevo
tipo de sociedad patente. Desde aquellos orígenes de los que
hablábamos al principio, la escuela ha intentado adaptarse a las novedades
sociales de los momentos, pero desde mi punto de vista, aún hay mucho que
avanzar dentro de la escuela para lograr alcanzar la rapidez cambiante de la
sociedad a la que intenta educar. Aunque las leyes educativas abogan por la
escuela adaptada a los tiempos, la práctica va por otro lado. Aún seguimos
sufriendo en las aulas, sobre todo de Educación Secundaria Obligatoria, la
escasa atención a la diversidad de sus alumnos, ignorando las necesidades
educativas que cada uno de ellos necesita para su progresivo logro del
curriculum educativo. Por otro lado, seguimos viendo como los centros
educativos se han llenado de nuevas tecnologías, sin ofrecer a los docentes una
formación previa en las mismas, lo que ha provocado que pese a tener las
herramientas actuales, no se da un uso frecuente de ellas, por desconocimiento
de todos sus usos. Las Administraciones educativas se han llenado de titulares
presumiendo de la introducción de las TIC (Tecnologías de la Información y la
Comunicación) en las aulas, por el mero hecho de tener herramientas digitales
presentes en ellas, sin contar con aquellos docentes que llegaron a sus puestos
laborales en tiempos anteriores a las tecnologías y, que por tanto, deben ser
formados en las mismas para poder ofrecer un conocimiento más actualizado de
sus materias, ya que los jóvenes a los que pretenden educar, vienen
actualizados de todo lo que se mueve en la sociedad.
Desde mi punto de vista, en la
actualidad, el papel que desarrolla el docente en la escuela debe ser más
destacado, si cabe, que en tiempos anteriores, debido a que en la actualidad
los adolescentes manipulan miles de fuentes de información a través de las
nuevas tecnologías, y el docente debe enseñarles a contrastar esa información
localizada para lograr llegar a las más acertadas, y a toda aquella que sirva
de complemento a lo aprendido en la escuela. No se deben ver las nuevas
tecnologías como enemigas de la educación, sino como complementarias a ella.
Para eso es necesaria, más que nunca, la coordinación entre las materias del
curriculum educativo con la participación de las TIC derivadas en lo que Jordi
Vivancos Martí denomina como las TAC (Tecnologías
del Aprendizaje y el Conocimiento). Una vez que se llegue a este hermanamiento,
será posible hablar de una escuela adaptada a los nuevos tiempos. Pues
como cita Joan Subirats en su artículo Más allá de la
escuela, transformaciones sociales y nuevas, dinámicas, educativas y
profesionales, «parece necesario encontrar fórmulas comunitarias, plurales
y participativas de dar respuesta a los retos y nuevas exigencias a las que la
escuela debe hacer frente».
Por Beatriz
Miranda Menacho
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs una buena pregunta Bea y una que yo también me planteo. Creo que la escuela intenta adaptarse a los tiempos, pero siempre va con la lengua fuera, es decir, un paso detrás de los tiempos. Me gusta mucho tu solución de las TACs (Tecnologías del Aprendizaje y Conocimiento) y estoy con ganas de ver su desarrollo dentro de la escuela.
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