Educación en valores. Por IRENE JIMÉNEZ REAL


¡Hola a todos de nuevo!

He estado pensando en el tema central que hemos trabajado en las clases de la asignatura Aprendizaje y desarrollo de la personalidad: la adolescencia. Como sabéis, hemos hablado bastante sobre esta etapa del ser humano, y sobre cómo conciben la vida y le afectan personalmente las cosas del día a día. Muy pronto vamos a estar trabajando con adolescentes y tenemos que conocer cómo piensan e intentar acercarnos en cierta medida a su mundo.

Una de las cosas que siempre ha preocupado a los adolescentes y ha infestado sus pensamientos ha sido la imagen física que de ellos mismos se proyecta y que los demás perciben desde fuera. Están en una etapa de cambios en la que ven y sienten una transformación de su cuerpo y tienen que autorreconocerse durante el proceso y saber que aunque tengan pelos donde antes no había nada, que su voz cambia o sus caderas se ensanchan, entre otras cosas, ellos siguen siendo ellos y tienen que aceptarse como tal.

Hay adolescentes a los que todo esto no les supone un problema, o al menos no les afecta en calidad de problema, pero desafortunadamente no es siempre así. Muchos se preocupan demasiado por su aspecto físico y buscan una perfección y unos cánones de belleza idealizados que distan mucho de la realidad, llegando a sentir frustración por no conseguir tener un determinado cuerpo. Así, se dan enfermedades de tipo alimenticio como pueden ser la anorexia o la bulimia, entre otras. Además, veo que entre los adolescentes de hoy en día se busca bastante aparentar ser físicamente perfectos en las redes sociales, y que muchos de ellos quieren ser modelos. Pero: ¿para qué?, ¿para impresionar a quién?, ¿desde cuándo el físico es el arma más valiosa?, ¿y por qué la belleza se ha convertido en sinónimo de éxito?

Es labor del docente no solo impartir la materia que le corresponde o dar una serie de nociones; el docente es también un educador, y como tal ha de educar en el amplio sentido de la palabra. La educación en valores es fundamental y de la mejor forma que podamos debemos acercarnos a los alumnos y transmitirle esa serie de valores que consideremos oportunos para su crecimiento y desarrollo.

Me gustaría compartir un vídeo de una modelo británica que habla precisamente sobre qué es el aspecto físico. Dado el caso, creo que podría incluso ser oportuno proyectarlo en clase para que nuestros alumnos se den cuenta de que:

-         --  tener un «buen físico» no es algo que te impones, es algo que te toca o no te toca, y si no te toca no pasa absolutamente nada.
-      -- detrás de un buen físico hay una persona humana con una vida.
-        -- las caras y los cuerpos perfectos que vemos en los anuncios de televisión o en las revistas solo son parte de una industria y no debemos olvidar que el ser humano es rico en muchos valores que se pueden potenciar, más allá de banalizarlo todo y resumirlo a proyectar una mera apariencia física agradable.


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